Cultura

Nacimiento del compositor que revoluciono la música clásica

Por Araceli Aguilar Salgado 

“La arquitectura es una música de piedras y la música, una arquitectura de sonidos” Ludwig van Beethoven.

La familia Beethoven era originaria de Flandes, lo que no era un hecho extraordinario entre los servidores de la provinciana corte de Bonn en el Palatinado. Ludwig, el abuelo del compositor, en cuya memoria se le impuso su nombre, se había instalado en 1733 en Bonn, ciudad en la que llegó a ser un respetado maestro de capilla de la corte del elector, dentro del rígido sistema social de su tiempo, Johann, su hijo, también fue educado para su ingreso en la capilla palatina.  

El padre de Beethoven, sin embargo, no destacó precisamente por sus dotes musicales, sino más bien por su alcoholismo, Johann se casó con María Magdalena Keverich en 1767, y tras un primer hijo también llamado Ludwig, que murió poco después de nacer. 

Bautizado como Ludovicus van Beethoven, nacido el 16 de diciembre de 1770 en Bonn (Alemania), el Ludwig van Beethoven, fue el segundo hijo del tenor de la corte de Bonn, Johann van Beethoven, y de la joven María Magdalena Keverich, tuvo seis hermanos de los que solo sobrevivieron dos. 

Se cree que el padre de Beethoven quedó impresionado por las habilidades de Mozart y quiso que su hijo fuera un nuevo niño prodigi, le enseñó piano, órgano y clarinete,con tan solo siete años, ofreció su primer concierto público en Colonia. 

Pronto tuvo otros maestros como el compositor y director de orquesta Christian Gottlob Neefe, con él también se instruyó en filosofía, con solo 11 años, en 1782, Ludwig van Beethoven estrenó su primera composición: Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler, de él se decía que podría ser el próximo Mozart. 

Gracias a su maestro, Neefe, el joven Beethoven fue contratado en la corte del príncipe de Colonia. En este puesto tuvo la oportunidad de aprender de los mejores y de codearse con la élite alemana. 

1787, Beethoven partió hacia Viena en busca de nuevas oportunidades, respaldado por su mecenas, el conde von Waldstein. 

La leyenda cuenta que, durante este primer viaje a Viena, tuvo lugar un fugaz encuentro entre Mozart y Beethoven. Según la creencia popular, Mozart advirtió del increíble talento del alemán, aunque no hay documentos que lo afirmen. 

Beethoven tuvo que volver inesperadamente a Bonn después de que su madre enfermara gravemente. Finalmente, en julio de ese mismo año murió. Su padre, entró en una profunda depresión y cayó en el alcoholismo. Además, diferentes episodios hicieron que acabara en prisión. 

Ludwig tomó las riendas de la familia y se convirtió en el principal sustento económico de sus dos hermanos pequeños. Durante cinco años, dio clases de piano y tocó en una orquesta en Bonn, en 1792, falleció su padre y volvió a viajar a Viena. 

 En este nuevo viaje a Viena, fue alumno de los más grandes compositores y músicos de la época, como Joseph Haydn o Antonio Salieri. 

Alrededor del año 1795 hizo su primer concierto público en Viena como compositor. Inmediatamente después realizó una gira europea que le valió para que su talento fuera reconocido en las cortes más importantes. 

En 1800, el éxito musical de Beethoven no dejaba de aumentar. Estrenó su Primera sinfonía en un recital en Viena y se ganó el respeto y la admiración de la sociedad. Sin embargo, algo atormentaba al joven compositor: su creciente sordera. 

En octubre de 1802, Beethoven escribió una carta a sus hermanos, conocida como Testamento de Heiligenstadt, donde se mostraba preocupado por su pérdida de audición, el célebre músico dejó atrás una etapa en la que sus composiciones estaban influenciadas por Mozart y por Haydn, por lo que en esta nueva etapa dio muestras de madurez artística con un estilo más identificable, en la que estacan Sonata para piano nº8 o Patética, Sonata para piano nº14 o Claro de luna o, algo más tarde, Para Elisa. 

La sordera cada vez aumentaba más y dejó de percibir las notas agudas. Muchos creen que ese es el motivo por el que su música se volvió más solemne y con notas más graves, Ludwig van Beethoven pronto dejó de dar conciertos o, al menos, con tanta frecuencia, centró en su actividad como compositor y en dar clases a grandes personalidades de la época, afortunado como músico, pero desdichado en el amor, son muchos los escritos que relatan a Beethoven como un hombre que no atraía a las mujeres, tuvo varias relaciones conocidas, pero ninguna llegó a prosperar y no se casó. 

Conocido también por sus continuos problemas de salud y su carácter áspero, Beethoven compuso obras maestras hasta el final de sus días que se han convertido en himnos, a las composiciones de esta época se les conoce como “del periodo tardío”, caracterizadas por ser obras innovadoras e intensas, sordo, Beethoven compuso la célebre Novena Sinfonía (1823), declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, por lo que durante estos años, el alemán se comunicaba con los más allegados a través de los “cuadernos de conversación”, se cree que, a pesar de haber amasado una gran fortuna, sus últimos años estuvieron marcados por una fuerte crisis económica, esta situación le llevó a pasar el último año de su vida con uno de sus hermanos y pidiendo dinero a amigos. 

Ludwig van Beethoven padeció problemas hepáticos durante toda su vida. Diarreas y vómitos eran parte de su cotidianeidad y algo conocido por todos los que le rodeaban.  

Falleció en Viena el 26 de marzo de 1827, tras años de especulaciones sobre las posibles causas de su muerte, un reciente estudio descubrió datos reveladores, al examinar un mechón de pelo, se llegó a la conclusión de que Beethoven pudo padecer saturnismo, envenenamiento con plomo., aunque las pruebas no son concluyentes, la medicación, la ingesta de vino adulterado para potenciar su sabor, el consumo de agua contaminada o los utensilios que utilizaba para comer y beber pudieron ser la causa de este posible envenenamiento. 

De lo que se tiene absoluta certeza es del sufrimiento que padeció durante toda su vida. Dolores abdominales crónicos, cólicos, depresión, nefropatía y una sordera total no impidieron a Ludwig van Beethoven convertirse en uno de los músicos más importantes de la Historia. 

La carrera y legado de Beethoven en tres periodos: 

La primera época abarca las composiciones escritas hasta 1800, caracterizadas por seguir de cerca el modelo establecido por Mozart y Joseph Haydn y el clasicismo en general, sin excesivas innovaciones o rasgos personales. A este período pertenecen obras como el célebre Septimino o sus dos primeros conciertos para piano. 

Una segunda manera o estilo abarca desde 1801 hasta 1814, período este que puede considerarse de madurez, con obras plenamente originales en las que Ludwig van Beethoven hace gala de un dominio absoluto de la forma y la expresión (la ópera Fidelio, sus ocho primeras sinfonías, sus tres últimos conciertos para piano, el Concierto para violín y orquesta en re mayor, Op. 61 y el Concierto para piano número 4, las oberturas de Egmont y Coriolano, las sonatas A Kreatzer, Aurora y Appassionata, la ópera Fidelio y la Misa en do mayor, Op 86. 

La tercera etapa comprende hasta la muerte del músico y está dominada por sus obras más innovadoras y personales, incomprendidas en su tiempo por la novedad de su lenguaje armónico y su forma poco convencional; la Sinfonía n.º 9, la Missa solemnis y los últimos cuartetos de cuerda y sonatas para piano representan la culminación de este período y del estilo de Ludwig van Beethoven. 

Este 2020 se celebra el 250 aniversario de Ludwig Van Beethoven, músico que ha pasado a la historia como uno de los compositores más importantes, su personalidad configuró uno de los prototipos del artista romántico defensor de la fraternidad y la libertad, apasionado y trágico. 

“La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía” Ludwig van Beethoven 

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y Comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.