Robin Williams y la verdadera historia de la demencia no diagnosticada que nunca supo que tenía.

En el verano de 2012, Robin Williams escribió una nota en la portada interior de su libro Twelve Steps, solo una breve oración que detalla lo que esperaba podría ser su legado. «Quiero ayudar a la gente a tener menos miedo».

Dos años después, murió por suicidio a la edad de 63 años; un final trágico y traumático de una vida brillante.

Williams, conocido por su ingenio rápido, su genio, su habilidad para levantar siempre una sonrisa, sin duda tuvo un miedo increíble en sus últimos días, incapaz de entender por qué su mente brillante, como él debió haberlo visto, lo estaba decepcionando.

A pesar de las apariciones externas en su papel final en la pantalla en Night At The Museum: Secret Of The Tomb, en el set había estado luchando por recordar sus líneas. En privado, los últimos meses de su vida habían estado consumidos por ansiedad, paranoia, ataques de pánico e insomnio, sin una explicación concreta de por qué.

«Buenas noches, mi amor», le dijo a su esposa, Susan Schneider Williams, la noche del 10 de agosto de 2014. Al día siguiente, su casa en un suburbio del condado de Marin, San Francisco, se convirtió en un santuario de luto como noticia de su la muerte fue noticia en todo el mundo. “Al hombre más divertido que jamás haya existido”, resumió cómo fue visto por el mundo en uno de los muchos homenajes que quedan afuera.

Fuente: Skynews