Con guerra y pandemia reflexionemos en Semana Santa
La Semana Santa del presente siglo XXI no es la misma que vivieron nuestro ante pasado, sobre todo si nos remontamos a los años 30, 40, 50, 60’s, de verdad que hace mucho más de medio siglo, pero era algo muy diferente a la actual, ahora hablamos de estadística de muerte, en aquella época era cero comparada a la del presente, además era un momento para pensar, meditar y reflexionar sobre el pasado, presente y futuro de nuestra vida, eran momento de oración sin bulla, escándalo, atracadores, violadores ni asesinato.
Hoy día con la tecnología y demás, todo ha cambiado ya no es lo mismo ni es igual, hoy se habla de cuántos murieron, se ahogaron en las playas, asaltaron en los barrios, mataron, maltrataron y muy poco se habla de oración, tranquilidad, meditación o reflexión. “Plátano maduro no vuelve a verde”, no podemos quedarnos dormidos, hay que renovar nuestra fe y esperanza que nos conduzca hacia el camino de la reconciliación de la paz, el amor y de un porvenir mejor. Hay que superar las confrontaciones, amenaza y discordia en este mundo, Dios es amor y nos dice en su palabra que Él es el Principio y el Fin.
Semana Santa es la fecha en que se celebra la muerte, crucifixión y resurrección del Señor Jesucristo, además, es propicia también para olvidar desavenencias y resquemores, debemos dedicarnos a la meditación sana, perdonar, para buscar soluciones viables en el campo de la vida humana, política y económica de nuestra sociedad. Dice el Obispo Josu Iriondo, que «La Cuaresma es la oportunidad de mirar nuestra vida, encontrar las zonas desérticas y crecer en las esperanzas de que en el desierto se puede florecer».
Si como seres humanos reflexionamos y tomáramos la Cuaresma como un tiempo de Dios y de mi hermano, con uno mismo, esa profundidad desnuda tus afanes, así, revisa tu vida, busca cómo adquirir el equilibrio de tu familia e insertarse en la sociedad como una mujer o hombre nuevo, seguro que resucitará con Jesús y te rehabilitaría con fuerza y optimismo en el camino de buena nueva.
Paz, dejemos a un lado la guerra… La Cuaresma es tu tiempo con tu Dios, sea cual sea. Aprovecha en estos momentos para pensar en el progreso y desarrollo espiritual –personal- y colectivo de la familia, nuestro país, el mundo, no podemos ni debemos pensar en retroceder en nuestra vida, debemos ser luz en la tiniebla y seguir avanzando por un mejor porvenir de paz, amor, progreso en democracia aun con la pandemia.
Queremos terminar esta reflexión exhortándolo y exhortándome a reflexionar, para que nos encontremos en una sociedad más justa y humana, pero no esperemos que el otro cambie la sociedad, cambiemos nosotros y la sociedad cambiará automáticamente. La realidad es que el mal está dentro de mí. Si yo no reconozco esto, nada cambiará dentro ni fuera de mí. Pero si tú cambias, habremos encontrado la llave que abrirá muchas puertas por las que podrán caminar innumerables seres humanos, hermanos y hermanas, la sociedad cambiará y será otra donde las buenas nuevas florecerán sin guerra ni odio… Paz, Amén.
“La cruz no es para que la lleves al cuello, o la cuelgues de una pared; es para que la vivas día a día”.
Dr. Amín Cruz, PhD, diplomático, historiador, educador, periodista, escritor, CEO presidente fundador del Congreso Hispanoamericano de Prensa, Padre embajador del Periodismo Latinoamericano, residente en New York.