Aprende más sobre, Energías renovables para hogar
Vivimos una época de cambio en relación al medio ambiente y la sostenibilidad. Si bien los Gobiernos de los países más importantes del mundo se han unido para promover una serie de cambios y reducir la contaminación, a nivel individual también nos estamos concienciando más a la hora de ser respetuosos con nuestro entorno.
Una de las formas que tenemos es el uso, a nivel de vivienda y empresa, de energías renovables como fuente de energía. Veamos qué fuentes de energía renovable ya podemos usar en nuestra vivienda o empresa.
Energía renovable
El uso de este tipo de energías, que se ha incrementado en más de un 200% en los últimos cuatro años en todo el mundo, tiene dos consecuencias:
-No contaminan: el uso de combustibles y determinadas fuentes de energía para electricidad provoca la liberación de gases de efectos invernadero que, hablando claro, están matando a nuestro planeta. El uso de energías renovables como la solar no produce ningún elemento contaminante que, además de ser malo para el planeta, también lo son para la salud de las personas.
-Más económicas: Este tipo de energías permite que reduzcamos nuestras facturas de luz y gas. Pese a que, por ahora, solo la energía solar permite el autoconsumo, otros sistemas como la aerotermia o la geotermia permiten reducir el uso de energía en un 70%.
Veamos cuáles son los tipos de energía renovable que podemos usar actualmente en nuestros hogares y negocios.
Energía solar
Placas fotovoltaicas
En la actualidad es el único sistema que nos permitiría dejar de pagar facturas mediante el autoconsumo. Sin embargo, un sistema básico de placas fotovoltaicas y baterías nos permite ahorrar hasta un 75% en la factura.
Uno de los aspectos más negativos que existía en torno a este sistema era su alto coste. Sin embargo, el gran aumento de la demanda y la existencia, cada día más, de empresas instaladoras ha conseguido que la instalación placas solares se reduzca en casi un ochenta por ciento.
Este sistema convierte, básicamente, la energía solar en electricidad. Dependiendo de la zona y las horas de luz al día de las que dispongamos es, sin duda, el sistema que mejor se rentabiliza.
Placas solares térmicas
El mayor uso de este sistema suele ser calentar agua para varios usos, lo que podría conseguir reducir nuestra factura a más de la mitad. Desde hace siete años, es obligatorio que, en los edificios de obra nueva, se instalan paneles solares para el agua caliente sanitaria.
El espacio y la ubicación que precisa este tipo de sistema es el mismo que para el anterior.
Energía eólica
Este tipo de sistemas se denomina minieólica puesto que aprovecha los recursos eólicos mediante “pequeños” generadores, menos de 100 kW.
Es el aprovechamiento de los recursos eólicos mediante la utilización de aerogeneradores de potencia inferior a los 100 kW.
Otro de los sistemas que aprovecha la energía del aire es la aerotermia. Estos sistemas constan de una bomba de calor y un emisor que transforma la energía del aire en electricidad que se puede usar para agua caliente, calefacción o cocina.
Estos sistemas aún no permiten el autoconsumo pero consiguen que reduzcamos nuestro gasto en casi un ochenta por ciento por lo que el ahorro está asegurado.
Biomasa
Puede que sea el sistema más de moda en la actualidad. Permite ahorrar un 66% frente al gasóleo mediante la combustión de materia orgánica.
Las estufas o calderas transforman este tipo de recurso de origen vegetal o animal (incluyendo residuos y desechos orgánicos) en energía limpia y económica. Mediante la combustión de la biomasa, obtenemos energía calorífica que se usa para calefacción y agua caliente sanitaria.
Este sistema posee una obligación que imposibilita que se use en todos los hogares: una salida de humos independiente hasta el techo del edificio.
Geotermia
Ha sido el último sistema en implementarse a nivel de vivienda o pequeña empresa. Su funcionamiento es muy parecido al de la aerotermia, con una bomba de calor y un emisor, al que hay que sumar un sistema de canalización que permite aprovechar el calor interno de la tierra y transformarlo en electricidad.
Dependiendo de la localización, este sistema es más eficiente que la aerotermia en lugares donde haga mucho frío, ya que, en estos casos, una parte de la energía creada a partir del aire se usa para calentar el propio sistema.