El debate de España no deja punto claro.
España: Contaban en Atresmedia que Teodoro García Egea, viendo el paño del día anterior, se presentó en el estudio directamente con una mochila. “¿Qué llevas ahí?”, le preguntaron. “De todo”, dijo, como si la llevase llena de huesos de aceituna como Virginia Woolf los bolsillos de piedras, pero él en plan derechita cobarde. No fue Casado, sin embargo, el primero que empezó a sacar cosas de la cajonera, sino un pionero, Albert Rivera, que tiene una cómoda como la del protagonista de La naranja mecánica. No se explica si no que de repente, de la más absoluta nada, le sacase a Pedro Sánchez su tesis; la segunda vez que sale de la nada esa tesis, por otro lado. El candidato socialista contraatacó con un libro de Fernando Sánchez Dragó y Santiago Abascal, las nuevas Grecas; en los pasajes más suaves Dragó, didáctico, le explica a Abascal el origen de la esvástica, que ya hay que tener ganas de ir a casa de Dragó a preguntar lo que puedes preguntar en tus listas.