Junio de 2024 – Según cifras proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de obesidad en este país, basada en información recopilada antes de la pandemia, alcanzaba el 41,9% en las personas adultas.

La obesidad está vinculada con un incremento en el riesgo de padecer diversas afecciones de salud, que incluye diabetes, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y distintos tipos de cáncer. De acuerdo con un estudio realizado antes de la pandemia por la Organización Mundial de la Salud, se reveló que Estados Unidos es el país con la mayor tasa de obesidad en el mundo, con un índice de 41,9% en las personas adultas.

Kyla Lara-Breitinger, médica especialista en cardiología preventiva de la Clínica Mayo en Rochester, ”solo en Estados Unidos, se registraron cuatro millones de muertes atribuidas a la obesidad en el año 2015, de las cuales más de dos tercios estuvieron relacionadas con enfermedades cardiovasculares”. Además, Lara-Breitinger señaló que tanto el nivel de obesidad como la duración de la misma tienen un impacto considerable en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Principales Países con Mayor Obesidad

El ranking de países con mayores índices de obesidad es liderado por:

1. San Cristóbal y Nieves con un 45% de la población obesa.
2. Bahamas con un 43.7%.
3. Antigua y Barbuda con un 43.1%.
4. México con un 36.9%.
5. Panamá con un 36.3%.

Otros países con índices significativos incluyen Chile (34.4%), Barbados (33.8%), Belice (33.8%), Argentina (32.4%), y Santa Lucía (31.9%).

¿Qué factores contribuyen a las elevadas tasas de obesidad?

La obesidad se origina por múltiples causas y es considerada, por especialistas en el área médica, como una condición compleja con múltiples factores contribuyentes:

• Hábitos alimentarios inadecuados
• Disfunción en las hormonas reguladoras del apetito y la sensación de plenitud
• Influencia de la genética de progenitores a sus descendientes y la epigenética relacionada con el ambiente
• Factores socioambientales que abarcan una vida sedentaria, niveles elevados de estrés, insuficiencia de descanso apropiado y fácil acceso a alimentos y bebidas altamente calóricos
• Afecciones médicas existentes y el uso de fármacos que promueven el incremento de peso y el apetito.

Recomendaciones para abordar la crisis de la obesidad

Una alimentación adecuada y realizar ejercicio de forma habitual contribuyen a mejorar la calidad de vida. Las principales recomendaciones son:

• Educación sobre nutrición: Reforzar la educación alimentaria en todos los niveles, incluyendo la reforma de políticas alimentarias en instituciones educativas y el desarrollo de alimentos que contribuyan a un equilibrio calórico adecuado.
• Promoción de la actividad física: Mejorar la infraestructura para caminar y fomentar políticas que promuevan la actividad física

• Consumir menos alimentos ricos en grasas y azúcares.
• Comer de manera habitual fruta y verdura. También legumbres, cereales y frutos secos.
• Evitar el tabaco y el alcohol.