“La situación actual es difícil porque no hay una fórmula universal para esto, es decir, cada caso hay que enfrentarlo de manera individual y cada uno tiene sus características propias. Dependiendo de si perdiste todos tus ingresos de la noche a la mañana o si aun tienes ingresos, aunque menores, del nivel de endeudamiento, de la posibilidad de volver a tener esos ingresos perdidos en el futuro cercano, la capacidad para desarrollar alternativas de generación de ingresos, en otras palabras, de la capacidad de emprender las cosas serán diferentes para cada uno”, asegura Perello.

1. Fe. Cuando hablo de fe me refiero específicamente a la fe en Dios que nos pone pruebas, pero nos da las capacidades y herramientas para enfrentarlas. Pero también fe en uno mismo y sus capacidades. Si usted es ateo, al menos tenga fe en usted mismo.

2. Tener visión. Alguien dijo que tener una visión es ver más allá de lo que existe. Ese sueño que queremos realizar. En este caso es necesario que tengas bien definida tu visión. ¿Qué quieres ser? ¿A dónde quieres llegar? ¿De qué lio quieres salir? Son preguntas que te debes contestar para lograr plantearte las metas y determinar cuales son los recursos necesarios para lograrlas.

3. Tomar acción. Este es el tercer paso, pero no menos importante que las demás. De nada te vale tener una visión si no la ejecutas, si no la llevas a cabo. Muchas personas tienen ideas fantásticas que nunca ejecutan. Nunca llevan a cabo. O también la posponen constantemente, lo que hoy conocemos como procrastinar. Si tenemos clara la visión y establecemos las metas entonces hay que llevarlas a cabo.

4. La organización. En estos procesos de crisis más que nunca se necesita de organización. La mejor manera de organizarse es establecer un presupuesto. La visión nos indica el lugar donde queremos estar y el presupuesto nos traza el camino para llegar. Con el presupuesto bien claro podemos saber dónde está yendo el dinero y donde cortar los excesos.

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