La tiña es una infección causada por un tipo de hongo llamado dermatofito que afecta la piel, el cuero cabelludo y las uñas. Los dermatofitos son hongos que viven en la piel, cabello y uñas y se alimentan de una proteína llamada queratina. La tiña se puede transmitir fácilmente a través del contacto directo con personas infectadas, animales o superficies contaminadas.

Los síntomas de la tiña pueden variar según la ubicación de la infección, pero generalmente incluyen picazón, enrojecimiento, descamación y en algunos casos pérdida de cabello o deformación de las uñas. El tratamiento de la tiña suele implicar el uso de antifúngicos tópicos o sistémicos, dependiendo de la gravedad y la ubicación de la infección. Es importante tratar la tiña de manera oportuna para prevenir la propagación de la infección y aliviar los síntomas.

El tratamiento para la tiña depende de la ubicación y la gravedad de la infección. Generalmente, se utilizan antifúngicos tópicos o sistémicos para tratar la infección.

Los antifúngicos tópicos se aplican directamente en la piel y pueden incluir cremas, geles o lociones. Estos medicamentos ayudan a detener el crecimiento del hongo y aliviar los síntomas de la tiña. Se pueden comprar sin receta médica y se aplican una o dos veces al día, según las instrucciones del fabricante y la recomendación del médico.

En algunos casos, es posible que se necesiten antifúngicos sistémicos, que son medicamentos orales o inyectables que se utilizan para tratar infecciones más graves o recurrentes. Estos medicamentos suelen ser recetados por un médico y deben ser tomados según las instrucciones y durante el tiempo recomendado para asegurar una cura completa.

Además del tratamiento con medicamentos antifúngicos, es importante mantener la piel limpia y seca, evitar compartir objetos personales como toallas y ropa, y mantener una buena higiene personal para prevenir la propagación de la infección. También es recomendable evitar el contacto con animales infectados y desinfectar las superficies en las que se ha estado en contacto con el hongo. Si los síntomas de la tiña no mejoran después de varios días de tratamiento o si empeoran, se debe consultar a un médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.