Osiris De León: Aeropuerto de Bávaro no pone en riesgo las aguas de Punta Cana
El volumen de agua que demandaría la infraestructura representa, según el geólogo, apenas representa el 0.6% (menos del 1%) del agua que consumen las 50 mil habitaciones de la hotelería de Punta Cana-Bávaro-Macao.
SANTO DOMINGO, República Dominicana. El ingeniero geólogo Osiris de León consideró este lunes que quienes han dicho que la construcción de un nuevo aeropuerto en Bávaro-Macao pone a las aguas subterráneas de Punta Cana en peligro, no parten de medición ni modelación hidrogeológica y aseguró que el riesgo sobre el líquido empezó hace 40 años en la zona.
El experto sostuvo que todo aeropuerto apenas necesita 10 galones de agua por pasajero y que si la nueva infraestructura en Bávaro proyecta mover 2.5 millones de pasajeros al año, necesitaría 25 millones de galones anuales, equivalentes a la misma cantidad del líquido que consume un hotel de 300 habitaciones.
Ese volumen de agua que demandaría el Aeropuerto Internacional de Bávaro representa, según el geólogo, apenas representa el 0.6% (menos del 1%) del agua que consumen las 50 mil habitaciones de la hotelería de Punta Cana-Bávaro-Macao.
“Todo el que sabe de caudales y de aguas subterráneas sabe bien que en esa caliza ese caudal lo aporta un pequeño pozo de 150 galones por minuto, operado durante 8 horas diarias”, afirmó De León en un análisis realizado recientemente.
Además, afirmó que “si se plantea que no se puede hacer un nuevo pozo para un nuevo aeropuerto que allí se construiría, entonces, ¿por qué se plantean 50 nuevos pozos para la hotelería?”.
Según la visión del especialista, el INAPA, el INDRHI y el Ministerio de Turismo deben analizar, con estricto rigor científico hidrogeológico, y con mediciones hidroquímicas de cloruros en todos los pozos existentes en Punta Cana-Bávaro-Macao.
Se trata, según explicó, “del viejo y grave problema de salinización por sobreexplotación del acuífero de la planicie Costera Oriental”, por lo cual se deben cerrar todos los pozos ya salinizados y dejar operando sólo aquellos pozos que tengan menos de 250 ppm de cloruros.
Indicó que el problema de las aguas en la zona turística es conocido desde 1983, y está publicado en los 14 volúmenes del PLANIACAS, en 2 libros de la IANAS, y en múltiples artículos de prensa.
En ese contexto, manifiesta que lo correcto hubiese sido “seleccionar y estudiar un sitio adecuado para construir una represa que pueda garantizar suficiente agua superficial para la creciente hotelería de Punta Cana-Bávaro-Macao, hotelería que todos debemos apoyar por ser la principal industria nacional.”