Margarita Cedeño, esposa de Leonel Fernández, conforme a la Constitución, puede ser candidata vicepresidencial pero conforme al mercado y cultura de nuestra sociedad, difícilmente lo sea de nuevo, es simplemente el último error del PLD, organización que –ahora- haciendo lo mismo que antes, obtiene resultados contrarios a los logrados en los últimos 16 años, simplemente porque dejaron de estar de moda, la gente se cansó de ellos. Para distraer de la crisis surgida de la abrupta suspensión de los comicios bastaba obtener la salida de Julio Cesar Castaños de la Junta Central Electoral y enviarlo por ejemplo a China de Embajador.

La vicepresidenta otrora una de las figuras más valoradas del país a quien Leonel hizo primera dama, vicepresidenta, miembro del Comité Político, aquella que subió a su jeep para estamparle un sorpresivo beso, luego de las primarias, se alejó de su marido argumentando que estaba en reflexión. Ya no es la misma figura, por eso su aporte, no es el mismo que aportó a Danilo en el 2012, por esa conducta ahora será suma negativa.

¿Cuántas mujeres dominicanas aprobarían su comportamiento político de irse por la senda contraria –la que ha lapidado- a su marido? Espero que la mía, nunca ¿Cuántos hombres estarán de acuerdo con ella? Muy pocos. Esa conducta es simplemente contraria a la esencia de la cultura y a la base cristiana de nuestra sociedad, que es la familia, es simplemente inconcebible. La lealtad esperada de una esposa es superior a la de los hijos, estos se van, los esposos andan y mueren juntos. La gente lo vería distinto si se tratara de una ex que dejando atrás la fidelidad conyugal anda su propio camino político. Pero, esta noche al regresar a su casa ¿cómo doña Margarita le explicará a su hija que está en contra de su padre?

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