Los terremotos o sismos son eventos naturales causados por la liberación de energía acumulada en el interior de la Tierra. Se producen cuando las placas tectónicas se deslizan una contra otra, generando ondas sísmicas que viajan a través de la corteza terrestre.

Los sismos pueden ser leves y no causar daños, pero también pueden ser muy intensos y causar daños masivos en la infraestructura, así como también pueden provocar tsunamis y otros desastres naturales.

La intensidad de un terremoto se mide utilizando la escala Richter, que va de 1 a 10. Los sismos con una magnitud de 7 o más son considerados de gran magnitud y pueden causar graves daños y pérdida de vidas.

Es importante destacar que los sismos no pueden ser prevenidos, pero se pueden tomar medidas para reducir su impacto. Esto incluye la construcción de edificios sismorresistentes y la implementación de sistemas de alerta temprana.

Además, los científicos están trabajando en métodos para predecir los sismos con mayor precisión, lo que permitiría una mejor preparación y una mayor capacidad de respuesta en caso de emergencia.

En resumen, los sismos son eventos naturales impredecibles que pueden tener graves consecuencias. Sin embargo, a través de la investigación y la planificación, es posible minimizar su impacto y estar mejor preparados en caso de un evento sísmico.