El experto en educación Juan Valdez critica fuertemente el uso del 4 % del PIB
El experto en educación Juan Valdez critica fuertemente el uso del 4 % del PIB destinado a la educación, calificándolo de un «botín» que es mal gestionado y repartido entre intereses políticos antes que invertido en mejorar el sistema educativo.
En una entrevista profunda y reveladora, el profesor Juan Valdés, director ejecutivo del Observatorio Educativo y presidente del Colectivo Ciudadano por la Calidad Educativa en República Dominicana, expone con firmeza la crisis estructural del sistema educativo dominicano. Más allá de los discursos oficiales, Valdés describe una realidad preocupante: el sistema público está colapsado, atrapado entre corrupción, improvisación y falta de voluntad política.
📚 Una educación que no educa
Para Valdés, la educación dominicana ha fracasado en formar ciudadanos competentes. No cumple con los cuatro pilares fundamentales del aprendizaje moderno:
- Saber
- Saber hacer
- Saber ser
- Saber convivir
La educación, dice, sigue anclada en la memorización mecánica, lejos de un modelo integral que desarrolle habilidades reales para el siglo XXI.
🏫 Infraestructura precaria y exclusión masiva
Uno de los aspectos más alarmantes es la exclusión anual de más de 300,000 niños del sistema por falta de aulas y espacios escolares adecuados. Aunque el país invierte el 4% del PIB en educación, el déficit de infraestructura es crítico. La jornada escolar extendida, lejos de ser un avance, se ha convertido —según Valdés— en una excusa para desviar fondos sin generar mejoras reales.
💸 El 4% convertido en botín
Valdés denuncia que el famoso 4% para la educación ha sido secuestrado por intereses políticos, empresariales y organismos internacionales, como el PNUD, la OEI o UNICEF. Lejos de resolver los problemas, sus intervenciones han sido costosas y poco efectivas. El presupuesto se ha convertido en un «botín», con programas mal diseñados, escasa supervisión y sin impacto medible.
🇺🇸 El fracaso del bilingüismo
Aunque el inglés es una asignatura oficial desde 1961, ninguna política educativa efectiva ha garantizado su aprendizaje. La corrupción, la rotación de ministros sin experiencia y la falta de continuidad en los planes han impedido que los estudiantes accedan a una educación bilingüe de calidad, profundizando la brecha social entre ricos y pobres.
👩🏫 Maestros preparados, pero maltratados
Valdés destaca que el 62% del profesorado dominicano está calificado como bueno o excelente, lo que derrumba el mito de que la crisis educativa se debe a los docentes. Sin embargo, sus condiciones laborales y salariales son deficientes: los salarios apenas cubren la canasta básica, los entornos escolares son hostiles, y no hay incentivos reales para enseñar con calidad.
🧠 Escuelas que no motivan
“El aprendizaje es más afectivo que cognitivo”, afirma Valdés. Las escuelas públicas dominicanas no ofrecen un entorno emocionalmente saludable. En vez de motivar, las condiciones generan apatía. La educación ha sido reducida a un espacio para “guardar” a los niños, sin pensar en su desarrollo emocional, social ni intelectual.
🛑 Corrupción y falta de continuidad
La falta de profesionalismo en la gestión educativa es otro eje de la crisis. Gobiernos sucesivos han nombrado ministros sin preparación en educación, con equipos técnicos improvisados y proyectos que cambian cada cuatro años. La corrupción en contratos, compras y programas ha vaciado de contenido el discurso educativo.
✊ Llamado a la acción
Valdés concluye con un mensaje contundente:
“La educación es la salvación del país, pero sin condiciones, sin compromiso y sin participación ciudadana, no hay futuro”.
Hace un llamado urgente a la sociedad dominicana a exigir su derecho constitucional a una educación pública de calidad. La movilización ciudadana, la vigilancia constante y el activismo cívico son esenciales para romper el círculo vicioso de corrupción, exclusión y mediocridad.
🧩 Conclusión
Esta entrevista no solo retrata el fracaso del modelo educativo dominicano, sino que plantea una ruta clara para el cambio:
- Gestión técnica y profesional
- Políticas educativas integrales
- Condiciones dignas para maestros y estudiantes
- Presupuesto con transparencia y resultados
- Y, sobre todo, presión y compromiso ciudadano
La educación no puede seguir siendo una promesa vacía ni un botín político. Es el pilar del desarrollo y el único camino hacia una República Dominicana verdaderamente democrática y justa.