Articulo : El beso de judas de Margó
Desde el año 1996 uno de los pilares que han sufrido más de la sociedad dominicana bajo los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) son los valores en la familia y el matrimonio. Hoy después de 23 años de este gobierno estamos viviendo la descomposición social, el incremento de la inseguridad ciudadana y el paraíso del narcotráfico por la falta de una familia fundamentada en valores que produzcan hombres y mujeres que sean el soporte de esta nación.
La falta de una educación basada en los principios de la familia que es la fuente de mantener la esencia de nuestra cultura, raíces e identidad nacional. Estos están en el borde de la extinción y desde lo más alto de la cúpula politíca podemos ver el peor ejemplo de tracción en la promesa de que “hasta que la muerte nos separe”.
Margarita Cedeño de Fernández la actual esposa de Leonel Fernández, vicepresidenta del país y miembro élite del Comité Central del PLD, ha dado uno de los peores ejemplos de traición en el seno familiar. La señora Cedeño ha puesto su sed de poder por encima del compromiso que establecen los lazos del matrimonio, cuando vemos a Margó darle la espalda a su esposo y progenitor de su hija Yolanda América María.
A la vicepresidenta la ambición política, el amor al poder y su deseo de llegar a ser la primera presidente del país ha puesto sus promesas ante Dios y el altar, en el baúl del olvido y rompió los lazos fidedignos de su matrimonio. Para doña Margó, el apoyar a Danilo Medina con su Penco burro, que hace lucir a Hipólito Mejía como el sabio más elocuente que salió de las manos de las artes de la filosofía griega en el templo de Delphi en Atenas, Grecia.
Margarita le da la espalda al León en su apoyo público al voto automatizado, propone su candidatura a destiempo hablado de que apoyar a “Leonel y Danilo es perder o perder”, se suma después que le hacen fraude a su esposo a su peor enemigo y encuentra su premio al ser designada al frente de la Secretaría de Educación del PLD.
Esas promesas de vida que se hacen en un altar como son: serte fiel y respetarte, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte, hasta que la muerte nos separe, “aquí estaré a tu lado por siempre” son públicamente malogradas con el ejemplo de lo que no se debe hacer en un matrimonio y peor aun dándole la peor enseñanza a sus hijos, especialmente a su hija Yolanda.
La unión de 16 años de los altos dirigentes del PLD, posa con esmero la deslealtad, el hambre de poder y que los intereses personales pueden más que los valores, el amor y la unión familiar de un matrimonio. Una mujer que en menos de 30 días estaba debajo de un puente regalando el beso de judas a su esposo, y después se integra a la campaña presidencial del Penco.
La mujer dominicana que de verdad ama a su familia y a su esposo, nunca haría este daño político al padre de sus hijos. Yo conozco de la mujer que se desvela en las noches para cuidar a su marido, la que se levanta temprano en las mañanas a trabajar todo el dia y regresa en la noches para cocinar y cuidar a su familia.
Yo sé de la mujer dominicana que va del lado de su esposo, apoyándolo incondicionalmente en las buenas y en las malas. Lo que conozco de nuestras mujeres es que a pesar de compartir un hogar y los hijos en el seno familiar son los pilares de nuestros sueños, son las primeras quimeras de donde los esposos guardan sus esperanzas y miedos. Sin duda nadie por más corrupto que sea “como se especula” con Leonel Fernández, quiere ver a su esposa en su contra y apoyando a sus enemigos políticos.
Aquellos que están dispuestos a vender su propia familia para llegar al poder no merecen ser los líderes que representen el pueblo dominicano. Tenemos hoy más que nunca que extirpar el cáncer de los corruptos del gobierno y abrir las puertas a nuevas generaciones de políticos nacionalistas, dolientes de la patria y así asegurar la sobrevivencia de la nación. Si seguimos dándole el poder a los morados, estaremos arriesgando desaparecer los aspectos más importante de un país, que es el amor incondicional de una familia cuando se hace un lazo matrimonial entre un hombre y una mujer.
Por: Elvin Dominici