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Castrillo de los Polvazares: Un Viaje en el Tiempo con Sabor a Cocido Maragato

En el corazón de la provincia de León, escondido entre suaves colinas, se encuentra Castrillo de los Polvazares, un pueblo que parece haber detenido el reloj. Declarado Conjunto Histórico Artístico, esta joya arquitectónica nos transporta a otra época con sus calles empedradas y sus singulares casas de piedra rojiza, características de la tradicional arquitectura maragata.

Castrillo de los Polvazares: Un Viaje en el Tiempo con Sabor a Cocido Maragato
https://youtu.be/Igohrzb-GRM

Pasear por Castrillo es como adentrarse en un escenario de cuento. Las viviendas, robustas y con balcones de madera adornados con flores, se agolpan creando un laberinto de callejuelas llenas de encanto. Cada rincón respira historia, cada detalle constructivo cuenta la vida de generaciones que han sabido preservar su identidad cultural. Los escudos de piedra en las fachadas y las ventanas de madera labrada son testigos silenciosos de un pasado rico en tradiciones.

Pero si bien su belleza arquitectónica y su atmósfera tranquila invitan a la calma y al descubrimiento, es su gastronomía la que termina por conquistar el corazón de todo aquel que lo visita. Castrillo de los Polvazares es sinónimo de cocido maragato, un plato emblemático que va mucho más allá de una simple comida.

El cocido maragato es una experiencia culinaria única, marcada por una peculiaridad que lo diferencia de otros cocidos: su orden de degustación. Tradicionalmente, se comienza por las abundantes carnes, variadas y sabrosas, que se sirven como primer plato. A continuación, se disfrutan los tiernos garbanzos y las verduras frescas, cocinados a la perfección. Y para finalizar, se degusta una sopa rica y reconfortante, fruto de la cocción lenta y paciente de todos los ingredientes. Este orden invertido no es casualidad, sino una costumbre arraigada que forma parte de la identidad de la región.

Sentarse a la mesa en alguno de los acogedores restaurantes de Castrillo es sumergirse en la tradición y el calor de hogar. El aroma del cocido llenando el ambiente, la amabilidad de las gentes y el sabor auténtico de cada ingrediente hacen de esta experiencia algo inolvidable. Cada cucharada cuenta la historia de una tierra generosa y de unas manos expertas que han sabido mantener viva una receta ancestral.

Más allá de su plato estrella, Castrillo de los Polvazares ofrece la oportunidad de desconectar del bullicio de la vida moderna y disfrutar de la serenidad de un entorno rural auténtico. Perderse por sus calles sin rumbo fijo, admirar la artesanía local en pequeñas tiendas y respirar la paz que emana de sus muros de piedra son solo algunas de las actividades que este encantador pueblo ofrece.

Además, su ubicación estratégica lo convierte en un excelente punto de partida para explorar otros tesoros de la provincia de León, como la cercana ciudad de Astorga con su impresionante patrimonio romano y su majestuosa catedral, o los paisajes naturales de la Maragatería, una comarca rica en historia y tradiciones.

En definitiva, Castrillo de los Polvazares es mucho más que un pueblo bonito; es un viaje en el tiempo que deleita los sentidos y alimenta el alma. Un lugar donde la tradición se saborea en cada plato y la historia se respira en cada rincón. Una visita imprescindible para aquellos que buscan autenticidad y sabor en el corazón de León.