La importancia en la igualdad de género en México
Por Araceli Aguilar Salgado
“La igualdad hacia la mujer es progreso para todos». Ban Ki-Moon
México, la lucha de la mujer por ejercer sus derechos civiles, políticos, laborales, económicos y sociales ha sido un camino largo, lleno de obstáculos y fracasos, aunque a veces con avances y logros, en el año de 1961, el 15 de febrero, quedó instituido en nuestro país el Día de la Mujer Mexicana, desde entonces, cada año se celebra ante la necesidad de reconocer a la mujer, quien padece desde los orígenes de la humanidad y en casi todos los rincones del mundo, la desigualdad frente al género masculino, la marginación y discriminación en todos los ámbitos de su vida.
Con el fin de concientizar a la sociedad sobre la desigualdad existente entre las personas de sexo femenino y masculino, además, se reconocen los derechos políticos y la posibilidad de sufragar de las mujeres, con la finalidad es recordar y crear conciencia en la población tanto femenina como masculina sobre la importancia de la igualdad de género y el papel fundamental de las mujeres en la vida de las familias mexicanas y de todo el país.
La iniciativa fue propuesta por la dramaturga y escritora Maruxa Vilalta, quién con la Lic. Amalia González Caballero de Castillo Ledón convocaron en esas fechas a una reunión a la que asistieron mujeres destacadas con el objeto de fundar el Comité de servicio social y cultural AC y acordaron instituir un día dedicado a la mujer mexicana.
Las mujeres continúan luchando por ver reflejadas sus expectativas en las políticas públicas del Estado, por gozar de un empleo mejor remunerado sin discriminaciones o basado en la sujeción del acoso sexual, por exigir respeto a vivir sin violencia en todos los órdenes, por gozar del respeto a las prestaciones a las que por ley tienen derecho en un trabajo y en sus vidas, por lograr el mejoramiento de la calidad de vida propia y de la familia, por pugnar por una mejor distribución de la riqueza y el de seguir exigiendo la acción del Estado y de todos los actores sociales y políticos para detener el clima de inseguridad que priva en los propios hogares y en el país, ya que constantemente se vulneran sus derechos fundamentales al vivir en riesgo permanente de ser violentadas o abusadas en su integridad física, mental y emocional, afectando la dinámica propia, de las familias y de la nación en su conjunto.
Actualmente la mujer mexicana juega un papel fundamental en la pirámide de la economía, debido a que se ha vuelto parte esencial de las finanzas en su hogar, ellas son parte importante del desarrollo de nuestra sociedad, por lo que es necesario reconocer su trabajo como madres, cuidadoras, maestras, nos han ayudado a forjar nuestra vida, hay que valoradas y demostrarle lo importantes que son para nosotros.
Las mujeres ya no podemos sostener solas las vidas de las familias y de las personas, tenemos que distribuir ese trabajo, efectivamente reconocer que es un trabajo socialmente necesario que no tenemos por qué hacer las mujeres, tenemos que construir con esta gran participación de las mujeres un pacto para cambiar esta división sexual de trabajo que nos mantiene ancladas en la imposibilidad más allá de las tareas de cuidad, existe un progreso referente a los derechos, aún hay retos como la inequidad salarial, entre otro
El empoderamiento femenino es importante dado que se constituye en una vía eficaz para alcanzar la equidad de género que todos los países procuran. En el caso de México, el gobierno ha realizado esfuerzos por cumplir con los compromisos contraídos en los acuerdos internacionales, creando entidades como es el caso de Inmujeres impulsado políticas públicas y leyes para evitar la violencia y discriminación en contra de las mujeres en los ámbitos públicos y privados.
El empoderamiento desglosado en sus cuatro factores, nos muestra con toda claridad que el empoderamiento económico está muy lejos de alcanzarse, pues persiste la discriminación laboral en contra de la mujer, manifestándose principalmente en la brecha salarial, en el trabajo no remunerado y en el trabajo sin prestaciones laborales que realizan las mujeres.
El empoderamiento político es el de mayor crecimiento en el período analizado, esto debido a la implementación de leyes de cuotas en el caso de las cámaras de senadores y diputados; sin embargo, en el caso de los escaños, en los estados existen algunos de éstos donde la proporción ni siquiera alcanza 10% de mujeres, mostrando así una clara discriminación hacia la participación de la mujer.
El empoderamiento en salud y sobrevivencia pese a ser uno de los factores más elevados no muestran la brecha de mujeres que trabajan sin seguridad social y, por lo tanto, no cuentan con servicios de salud, son, incluso, los sectores menos favorecidos económicamente los que se encuentran en esta situación y lo que pone en desventaja a la mujer, puesto que es más vulnerable que el hombre dado su papel reproductivo.
El factor de educación muestra también un puntaje elevado; sin embargo, no está reflejando que la mujer aún está rezagada en estudios de posgrado, que a su vez les permitirá seguir una carrera científica; tampoco es significativa su participación en estudios de licenciatura en áreas ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), que le darían la posibilidad de alcanzar mejores puestos y sueldos y, por consecuencia, un mayor empoderamiento económico.
Por otra parte, es necesario impulsar a nuestras emprendedoras mexicanas a través del acceso a servicios microfinancieras, ya que el 91% de los microcréditos van dirigidos hacia ellas, ya que también con este tipo de acciones junto a las herramientas de financiamiento y educación empresarial, es fundamental empoderar a la mujer para convertirse en un actor primordial, tanto en su familia como en las actividades económicas de México.