Alemania ha superado el umbral de los 1.000 fallecidos en un día.
“Si terminan siendo las últimas Navidades con nuestros abuelos, habremos hecho algo mal”. El mensaje que envió la canciller alemana, Angela Merkel, el 9 de diciembre, desde la tribuna del Bundestag, conmovió y alertó al país. Tres semanas después, y con el país sometido a un duro confinamiento, la cifra de muertos casi duplica a la de aquel día. Por primera desde que se inició la pandemia, Alemania ha superado el umbral de los 1.000 fallecidos en un día.
El Instituto Robert Koch (RKI), competente en la materia, ha notificado 1.129 víctimas mortales por o con la covid-19. El anterior máximo en un día se situó en 962, y se notificó hace una semana. Alemania está siendo derrotada por el virus y las autoridades parecen estar atrapadas por las estadísticas.
El RKI ha contabilizado 22.459 nuevos contagios en las últimas 24 horas, un número por debajo del máximo de 33.777 infecciones en un día de mediados de diciembre, pero lo suficientemente alto como para obligar a las autoridades a replantear toda la estrategia adoptada hasta el momento. El total de infecciones desde el inicio de la pandemia sube así, en un país con 83 millones de habitantes, a 1.687.185, de los cuales 1.302.600 son pacientes recuperados. El número de víctimas mortales desde el inicio de la crisis alcanza los 32.107.
La incidencia semanal por 100.000 habitantes se encuentra en 141,3 casos, por debajo del máximo de 197,6 casos del 22 de diciembre. A partir de los 50 casos en siete días considera el RKI que se está en la zona de riesgo. Alemania ha pasado de ser el alumno ejemplar durante la primera ola de la pandemia a ser uno de los países más golpeados de Europa.