Covid-19: El dolor que nos une ¡nunca los olvidaremos!
Con cada suma, una resta dolorosa. Uno más, uno menos. Y una herida abierta, prolongada en una pausa incierta.
Ayer, tras 92 días de haber llegado la enfermedad maldita, República Dominicana cifró en quinientas dos muertes su registro de fallecidos por la pandemia de un nuevo coronavirus.
Un sembradío de muerte. De ojos en lágrimas.
Para llegar hasta aquí los dominicanos sufrieron los embates de una enfermedad nueva en el mundo, que hasta el momento no ha sido descifrada para contener su ataque y con el poder suficiente para darse el lujo de detener al planeta.
Lo del coronavirus ha sido una embestida con crueldad en Wuhan, en China, desde donde primero se recibieron noticias hasta llegar a las desgarradoras 3,869 muertes en Hubei, la provincia que la cobija (según cifras oficiales, ampliamente cuestionadas por expertos). De ahí el sufrimiento se mudó a Italia, tierra europea llena de historia, moda y gastronomía, golpeada con 33,415 personas fallecidas.