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Día Internacional de la Conciencia

Por Dr. Amín Cruz 

“Cuando el poder del amor sobrepase el amor al poder, el mundo conocerá la paz.” Jimi Hendrix 

Hoy 5 de abril se celebra el Día Mundial de la Conciencia, una efeméride promulgada por la ONU en 2019, y que consiste en promover una conciencia global en el mundo, más allá de acuerdos políticos o económicos. 

La Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 73/329 declara el 5 de abril Día Internacional de la Conciencia, subraya que el Día Internacional de la Conciencia es una vía para movilizar periódicamente los esfuerzos de la comunidad internacional con miras a promover la paz, la tolerancia, la inclusión, la comprensión y la solidaridad, a fin de forjar un mundo sostenible de paz, solidaridad y armonía. 

Promover una cultura de paz con amor y conciencia 

El preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos afirma que «el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias».  

Asimismo, el artículo 1 de la Declaración nos recuerda que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros». 

La tarea de las Naciones Unidas de preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra exige la transformación hacia una cultura de paz, que consiste en valores, actitudes y conductas que plasman y suscitan interacciones e intercambios sociales basados en los principios de la libertad, la justicia y la democracia, todos los derechos humanos, la tolerancia y la solidaridad, que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación y que garantizan el pleno ejercicio de todos los derechos y proporcionan los medios para participar plenamente en el proceso de desarrollo de su sociedad. 

Consciente de la necesidad de crear condiciones de estabilidad y bienestar y relaciones pacíficas y amistosas basadas en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión 

La ONU pide a gobiernos, agentes sociales y a las personas en general que fomenten una Cultura de Paz con Amor y Conciencia. 

Pero ¿Qué quieren decir con la palabra conciencia? 

La conciencia es algo difícil de explicar por lo abstracto del término. Si nos fijamos en la etimología de la palabra, el vocablo proviene del latín conscientia (“con conocimiento”). 

Eso significa que la palabra conciencia se refiere a aquello que el sujeto o ser humano conoce. 

Pero Naciones Unidas amplía el significado de esa palabra a un sentido más social, se trata de proteger a las generaciones futuras de las guerras, de que el ser humano actúe con valores de justicia, democracia, solidaridad y derechos humanos.  

Se trata de que todas y cada una de las personas, pero también las sociedades y los gobernantes actúen guiados por valores de paz y amor, una conciencia colectiva que se debe fraguar en todos y cada uno de nosotros. 

Así explicado, el concepto parece un poco utópico, pero la ONU pretende fomentar esta cultura para extender en todo el mundo este cambio de conciencia, para fomentar esta idea son necesarias actividades educativas, culturales, sociales y cívicas, dirigidas a todas las edades y a todos los grupos sociales, de forma que cualquiera tenga la oportunidad de dar, aprender y compartir. 

Se trata de que la cultura de paz sea inseparable de la cultura como tal. Y para ello hace falta mucha estrategia. 

La pandemia de coronavirus COVID-19 desatada en el mundo entre 2019 y 2020 ha enseñado a todos que existe una cultura de solidaridad con el único objetivo del bien común. 

Muchos países han decretado el confinamiento de sus compatriotas que han tenido que abandonar todas las actividades sociales, laborales y de esparcimiento, con el único objetivo de parar la pandemia mundial que está provocando la muerte de decenas de miles de personas y de liberar los sistemas sanitarios de una presión a la que nunca se habían visto expuestos en la era moderna. 

La respuesta de millones de personas en todo el planeta quedándose en casa y respetando las normas decretadas por las autoridades en aras del bien común, ha demostrado que sin duda existe una conciencia superior a cada uno de nosotros. Y que cuando superemos esta pandemia esta conciencia debe reforzarse. 

El concepto de una cultura de paz surgió como tal en el Congreso Internacional sobre «La Paz en la Mente de los Hombres», que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) organizó en Côte d’Ivoire en julio de 1989. 

Pero yendo más allá, encontramos el antecedente en la Constitución de la UNESCO, adoptada hace más de 50 años, en la que se pide a esa organización que exija los baluartes de la paz en la mente de los hombres. 

Construir una cultura de paz 

Para formar una cultura de paz son necesarias actividades educativas, culturales, sociales y cívicas de carácter general, una cultura que ofrezca a todos la oportunidad de aprender, dar y compartir. La formación de una cultura de paz incluye a las personas de todas las edades y todos los grupos; se trata de una estrategia mundial abierta con el objetivo concreto de conseguir que la cultura de paz sea inseparable de la propia cultura y que se arraigue en el corazón y la mente de las personas. La paz no consiste exclusivamente en la ausencia de diferencias y conflictos. Es un proceso positivo, dinámico y solidario, ligado intrínsecamente a la democracia, la justicia y el desarrollo de todos, por el cual se respetan las diferencias, se fomenta el diálogo y los conflictos se transforman constantemente por medios no violentos en nuevas vías de cooperación.

La cultura de paz, que está basada en el sentido más amplio y positivo de la paz, es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones y costumbres, comportamientos y modos de vida enfocados al respeto por la vida, los seres humanos y sus derechos; el rechazo de la violencia en todas sus formas; el reconocimiento de la igualdad de derechos del hombre y la mujer; el reconocimiento de los derechos de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información; la adhesión a los principios de democracia, libertad, justicia, desarrollo para todos, tolerancia, solidaridad, pluralismo y aceptación de diferencias y entendimiento entre las naciones, entre los grupos étnicos, religiosos, culturales y de otro tipo y entre los individuos. 

La ONU y la cultura de paz 

La UNESCO y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas juegan un papel fundamental en la promoción de un diálogo intercultural. Llevan a cabo actividades relacionadas con la cultura de paz y no violencia, y trabajan para promover una cultura de paz mediante diversos proyectos prácticos en los ámbitos de la juventud, la educación, los medios de comunicación y la migración; en colaboración con Gobiernos, organizaciones internacionales, fundaciones y grupos de la sociedad civil, así como con los medios de comunicación y el sector privado. 

“Quien tiene paz en su conciencia, lo tiene todo.” Don Bosco