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¡AMEN! ¡Sagrada palabra!

Por Araceli Aguilar Salgado

“Levántate y mírate las manos. Para crecer estréchala a tu hermano, juntos iremos unidos en la sangre, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Amén. Amén.” Víctor Jara 

¿Sabemos realmente que quiere decir ya que tanto la escuchamos y la repetimos?  

La popular creencia de que significa «ASÍ SEA» o «ES VERDAD» no parece ser exacta pues en hebreo la palabra para esto es «SE LA».  

Más que traducir la palabra de manera literal la traducción parece ser ideológica, ¡así su significado sería “Estar apoyado en una roca firme con la certeza absoluta de que no se moverá!»  

Cualquier intento de traducción a lenguas occidentales empobrece el sentido original de la palabra.  

*Al investigar en sus raíces judaicas encontramos que en el Talmud se cita como un acrónimo de la frase EL MELEKH NEEMAN (DIOS ES UN REY FIEL) -según el Rabbi Eliezer Posner- Indicando que en el único que hay que depositar la plena confianza y esperanzas es en el Eterno, fuera de Él en nada ni nadie.  

En contraste con el uso de amén como una reafirmación posterior (es decir, al final de la oración), los evangelios sitúan a Jesucristo iniciando algunos de sus discursos con un doble «Amén, amén», en el Nuevo Testamento, frecuentemente traducido como: «En verdad, en verdad» o «De cierto, de cierto» (por ejemplo: Juan 14:12). 

Qué es Amén: 

Amén significa ‘así sea’, ‘así es’. En algunos contextos también significa ‘en verdad’ o ‘ciertamente’. Se utiliza como una fórmula de confirmación y de afirmación en muchas religiones como el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más frecuentes, y se utiliza generalmente como fórmula para concluir las oraciones. 

Origen de la palabra Amén 

Esta palabra procede del hebro אמן (‘en verdad’, ‘ciertamente’) pronunciado amén. La raíz de esta palabra indica firmeza y seguridad, y en hebreo coincide con la raíz de la palabra ‘fe’. También se dice que a su vez puede proceder de lenguas semíticas como el arameo. Posteriormente, derivó al griego ἀμήν y de ahí al latín amen. Originariamente, se utilizaba en el judaísmo, después su uso se extendió a otras religiones como el cristianismo y el islam. 

Amén en el cristianismo 

En el cristianismo se utiliza de una forma generalizada como fórmula para concluir oraciones. En el Nuevo Testamento, se presenta a Jesucristo utilizando esta palabra dos veces (‘Amén, amén’) al comienzo de algunos de sus discursos y normalmente se traduce como ‘En verdad, en verdad’. Por ejemplo, en ‘En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí…’ (Jn 14:12). También aparece en el Libro del Apocalipsis cuando Jesuscristo es llamado ‘el Amén’: ‘He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios…’ (Ap 3:14). 

Amén en el judaísmo 

En la Biblia Hebrea esta palabra aparece en varias ocasiones. Se utiliza al comienzo o al final de una frase. Se utiliza normalmente como respuesta a una bendición y como una forma de expresar afirmación ante una declaración. En el Talmud se indica que la palabra ‘amén’ es un acrónimo que se podría traducir como ‘Dios, Rey en el que se puede confiar’. 

Amén en el Islam 

En el Islam se utiliza esta palabra (آمين‎, en árabe) al final de una oración con el significado de ‘así sea’ o ‘así es’ como forma para expresar confirmación y afirmación. 

Otros usos de la palabra Amén 

Además de la utilización como fórmula religiosa, la palabra ‘amén’ se utiliza en espaçol en otros contextos. En el lenguaje coloquial, aparece en varias expresiones: 

‘Decir amén a todo’. Significa asentir a sentir a todo. En este caso, la palabra ‘amén’ se puede sustituir por ‘sí’. 

‘En un santiamén’ o ‘en un decir amén’. Significa en un breve periodo de tiempo. En el primer caso, santiamén se forma a partir de las últimas palabras que se utilizan en la fórmula para santiguarse en latín ‘In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen’. Equivale a otras expresiones como ‘en un segundo’ o ‘en un momento’. 

‘Llegar a los amenes’. En este caso, la palabra ‘amén’ utilizada en plural. Significa llegar cuando está acabando algo. 

También se utiliza la palabra ‘amén’ junto con la preposición ‘de’ significando ‘además de’. Por ejemplo: ‘Amén de los informes, hay que hacer las facturas’. Este uso sería propio del lenguaje formal. 

Corresponde a todos y cada uno de nosotros -como de costumbre- el obtener nuestras propias conclusiones, ¡Reciban un afectuoso abrazo al final de nuestras oraciones mientras un poderoso AMEN!  se escucha en los pasillos del tiempo y el espacio! 

“En el Cielo dicen Aleluya, porque en la Tierra han dicho Amén.” Agustín de Hipona 

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.